La felicidad
Cierto día José se levanto como de costumbre, pero mientras se iba arreglando para salir al trabajo, se hacía la misma pregunta de siempre dónde se encuentra la felicidad y ese día salió al trabajo dispuesto a encontrar la respuesta a su interrogante.
Camino al trabajo se chocó con un mendigo, muy pobre él, como todos los mendigos de las calles de Lima, y lo detuvo y le pidió un trozo de pan pues hacia días que no probaba alimento alguno, lo único que tenía a la mano era su desayuno que siempre lo llevaba a la oficina ya que el tiempo apremiaba y tenía que llegar temprano a sus labores, bueno no lo pensó mucho y le dio el desayuno, a cambio recibió una sonrisa de parte del hombre, una sonrisa indescriptible que lo dejo medio pasmado, siguió su camino pensando donde podría encontrar la felicidad, tan difícil de encontrar según él...y así siguió su camino y cruzando la avenida Brasil, se produjo un accidente, un niño de la calle había sido atropellado por una combi, el chofer se dio a la fuga y nadie se acercaba al niño para auxiliarlo quizás porque era pobre, José miro su reloj, era tarde, pero en fin un descuento que importaba. Bajo de su coche y auxilió al niño. Lo llevo al Hospital del Niño e hizo que lo atendieran, pero no era suficiente el pequeño había perdido mucha sangre y era necesario un donante para suerte José era compatible con el niño y sin pensarlo donó su sangre, esperó a que el pequeño se recuperara y cuando pudo hablar lo primero que le dijo a José fue : ¡Gracias, por salvarme!. José sintió la mirada del niño muy profundo y se marchó al trabajo a esperar tal vez la admonición de su jefe y mientras llegaba se hacía la misma pregunta: ¿Dónde está la felicidad?, al llegar al trabajo su jefe no le creyó lo que había vivido esa mañana, igual iba el descuento, en fin pensó José, ¡que más da!. Pasaron las horas y José meditaba sobre sus acciones en el día. Ya de noche en su casa, sus hijos salieron a recibirlo junto a su esposa, él les contó lo sucedido, sus pequeños Diego y Carlos lo miraban asombrados cuando termino la historia ambos dijeron a coro ¡Papá es el mejor!, ¡Tenemos al mejor papá! Y lo abrazaron con dilección infinita. Su esposa lo besó, se sentía orgullosa de tener un esposo tan bueno. José entendió entonces el mensaje el salió en la mañana buscando la felicidad y pudo encontrar la respuesta: La felicidad, la verdadera felicidad radica en hacer las cosas más simples con el corazón millonario, Ser feliz es darle felicidad a otros. Ser feliz es ver comer al hambriento y ver sonreír a un niño. José al fin había encontrado la clave y por sobre todo la felicidad y la paz están con los seres que más te aman: La familia.