sábado, 3 de mayo de 2008

LA CULPA ES MÍA


No tienes la culpa de este sufrimiento
La culpa es solo mía
Después de haber estado contigo
No me importa la culpa mucho menos el castigo.

Fue un pecado amarte y sin embargo
Mis labios están tan dulces con ese sabor amargo
Ella fue como agua de río que corría
Yo bebí de sus aguas, así que la culpa es mía

Perdónala mi Dios, tú que le diste a ella
Tanta belleza igual al brillo de la estrella
Sus besos llenaron de mi alma el vacío
La lleno de amor, el pecado es mío

Pero ¿Cómo no amarla si la hiciste tan bella
Volátil y fragante como el viento de primavera?
¿Cómo no haberla amado si sus besos
se perdían en la pasión, en los deseos?

Traté de que no pasara y pasó
Si esto fue un pecado
!Condéname Señor!
Prefiero la condena a que me quites este amor

Era de otro que tan bien la quería
Pero en mis brazos fue ardiente fuego así que es más mía
Y ella sin medida me correspondía
Pero insisto, la culpa es mía.

No la condenes a ella, por tener dueño
Por ser fuego, viento y calido sueño
La culpa también es tuya por hacerla tan bella
Imposible no fijar estos ojos en ella

Sería un pecado mayor no amarla
No concibo en mi mente poder dejarla
Y no me importa que sea de otro hombre
Porque en mis brazos solo pronuncia mi nombre

Y si nos condenan en esta sociedad hipócrita
Por ser amantes sin pudores
Yo les diré a quienes critican
Para no amarla no hay que ser un hombre.



1 comentario:

vivian lucero dijo...

simplemente bellisimo,lindas palabras....